El mundo necesitará profesionales creativos que diseñen espacios pensados en lo desconocido.
¿Sabes qué tienen en común los clósets de hoy en día, el uso de cerámica en las viviendas o el tratamiento de aguas servidas? Muchas de las cosas que en la actualidad reconocemos como parte de la era modernidad, fueron provocadas por grandes pandemias.
Desde las alergias al polvo, medidas de protección contra la propagación de ratas y más, nuestra historia ha influido directamente en la forma en la que construimos. Puede tratarse de una vivienda o toda una ciudad, los factores no previstos lograron cambiar lo hasta entonces conocido.
El escenario COVID-19 también ha generado sus propias reflexiones. Las organizaciones han sufrido grandes prejuicios por no poder reiniciar actividades, una de las causas principales es el temor de un contagio inminente entre trabajadores. Pero esto se debe a que convivimos en espacios cerrados, compartimos los mismos pasillos, nos movilizamos en medios de trasporte público, etc.
Por eso, lo más probable es que los diseños del futuro contemplen algunas modificaciones acerca de este problema, ¿te imaginas oficinas con cubículos individuales o pasillos con cámaras de desinfección? Tal vez, también se necesite implementar mejor nuestras viviendas para actividades multifuncionales, filtrar a la población en diferentes puertas de ingreso o divisiones en salas de espera, por ejemplo. La verdad es que aunque lo que lees quizá te parezca propio de una película distópica, no estamos muy lejos de una nueva expresión social a la que debemos de prepararnos como futuros profesionales.
Ese será precisamente el reto de los arquitectos del mañana, diseñar espacios seguros de convivencia que consideren todas las medidas prevencionistas necesarias para soportar confinamientos o aislamientos, incluso otro tipo de desastres; y que estén creados pensando en los cambios que puedan suceder en unos años.
Es posiblemente, la primera vez en la historia de la humanidad, en que la sociedad ha tenido que ver cómo su esfera doméstica ha sufrido tantos cambios. Y no, no estábamos preparados, por eso hay que pensar no solo en el presente y confiar en nuestras mentes más creativas para concebir un nuevo mundo. Si deseas ser parte de esa transformación y diseñar espacios en los que te gustaría vivir, no dudes en estudiar
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