Te ofrecemos útiles recomendaciones para que enfrentes esa materia que no es de tu simpatía
Todos tenemos un curso que no goza de nuestra total simpatía. Puede que por una mala experiencia en los primeros años de estudio o porque simplemente creemos que no somos buenos en la materia, empezamos a perderle el gusto a tal extremo de incluso aborrecerlo.
El ‘caserito’ es Matemática; aunque para quienes son buenos para los números, Lenguaje y Ciencias Sociales decantan como favoritos en este antitop. Para otros el arte no es lo suyo, mientras que otro grupo no concilia muy bien con el deporte, por ejemplo.
Asociamos esta percepción a un sentimiento de disfunción académica y hasta imposibilidad de desarrollar ejercicios teóricos o prácticos relativamente sencillos. ¿Cómo los vencemos? ¿Habrá forma de lograrlo o debemos resignarnos?
1. Capacidades y talentos
El mundo no se acabará por dificultades para destacar en un curso en específico. Aunque claro, lo ideal es conocer de todo un poco y no exponernos a malas calificaciones bajo ninguna situación; también es importante que conozcamos nuestras limitaciones. Que esto no se interprete como una licencia para relajarte, por el contrario, conocernos nos debería permitir sacar lo mejor de nosotros y tomar medidas necesarias para darle un revés a la problemática.
2. Superar el trauma
Comúnmente las principales desmotivaciones hacia determinada materia se originan cuando somos bastante jóvenes, por no decir niños. Una mala experiencia al resolver una tarea, un profesor poco paciente, la exposición a la vergüenza de no saber la respuesta, etc. puede que nos genere, involuntariamente, un ‘trauma’ que no aprendemos a controlar y que con el pasar de los años, en vez de resolverse, termina por desarrollarse en una aversión.
3. Reforzamiento
La mejor manera de curar el miedo es a través de la preparación. Si consideras oportuno puedes acudir a un profesor particular o solicitar la ayuda de un amigo para que te ayude a reforzar esos puntos en los que te resulta muy complicado mejorar. Otra opción viable es que utilices YouTube como herramienta de apoyo.
4. Pregunta sin miedo
Deja los prejuicios a un lado, ármate de valor y despeja todas tus dudas antes del examen. Evita salir del salón con ideas poco claras. Si no quieres hacerlo frente a tus compañeros, puedes consultar a tu profesor en privado. Recuerda desarrollar siempre tu tarea e indagar un poco más de lo solicitado cuando crees que hay oportunidad de aprender más.