Recibir una nota desaprobatoria puede ser, para muchos, señal de que algo en el mundo no se está alineando correctamente. Una tragedia, una equivocación, un mal día, pues en verdad las excusas sobran y no es que no haya posibilidad de error, sino que cuando se está acostumbrado a destacar, obtener una mala calificación equivale a recibir un baldazo de agua fría (con todo y balde).
Si estás pasando o has pasado por un suceso similar, ten en consideración los aspectos que detallamos a continuación para superar este infortunio y dar vuelta a la página sin perjudicar tu vida personal ni académica.
1. Guarda la calma
Lo natural es que tu corazón se acelere un poquito, las manos te suden, una lagrimita descienda cinematográficamente por tu mejilla o algo así. Lo recomendable es respirar hondo, conservar la calma y analizar la situación con cabeza fría. ¿Es fácil? Para nada. Pero he ahí el reto, si te dejas embargar por tus emociones menos favorables lo probable es que pierdas el control de ti mismo y tu actitud no sea la que más favorezca a tus propios intereses.
2. Revisa y compara los resultados
Suma bien los puntos, contrasta información con compañeros cercanos y revisa si la nota que finalmente te pusieron es la que merecías. Puede que quizá la ‘suerte’ te acompañe y haya sido el profesor el que al final se equivocó en un par de preguntas y ya está, asunto solucionado.
3. Pide orientación
Tomar una postura reflexiva es la mejor alternativa. Todos tenemos tropiezos en nuestra vida y no por esto debemos de dejar de aprender en el camino. Una mala calificación es un aviso de que algo no hemos comprendido bien o que simplemente no lo estudiamos correctamente. Aquí depende bastante ser conscientes de cuánto tiempo dedicamos al estudio, porque tampoco es que vas a sacar las mejores notas sin estudiar. Conversa con tu profesor y coméntale que no te gustaría perder el hilo a lo que está enseñando, tu docente valorará tu ánimo y probablemente te dé algunas referencias de cómo tomar el control de la situación.
4. Plantea un nuevo método de estudio
Hay muchas metodologías diferentes de dar un buen examen, pero no todas son las más aconsejables. Antiguamente había un culto a la memorización, los resultados eran buenos, pero al cabo de un tiempo la información mágicamente desaparecía. Recuerda que todos los conocimientos que puedas adquirir en clases te servirán en un futuro a ser un gran profesional, es así que evalúa qué estrategia es la que más te funciona para aprender las cosas. Revisa en Internet algunas opciones aprovechando tu acceso a medios digitales y sácale el jugo.
5. No te olvides de contárselo a tus papás
Nadie mejor que tú conoce a tu papá o mamá, pero no descartes la posibilidad de comentarles sobre tus calificaciones. Ellos pueden asesorarte y apoyarte con información que necesites. Además, tu consciencia estará tranquila y, con el respaldo de ellos, tu actitud se verá potenciada y serás una persona más motivada.
6. Siempre hay luz al final del túnel
Cuando te toque rendir un nuevo examen, olvídate de los nervios, concéntrate, confía en ti y pon en evidencia tu esfuerzo por ser un mejor alumno. Uno tiene días malos que a veces se tornan semanas, pero todo momento adverso pasa y si aprendes a administrar mejor tus tiempos y dedicar unas horas más al día de estudio, seguro podrás darle un revés a todo lo sucedido hasta que quede como una anécdota.